Potabilización

El tratamiento de potabilización comienza con la determinación (en línea) del pH y de la turbidez del agua a la entrada de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP).

A continuación se dosifica coagulante (policloruro de aluminio), que reacciona con los sólidos en suspensión, dando lugar a un precipitado (flóculo). Posteriormente se añade floculante (poliDADMAC), que favorece el proceso de decantación, formando flóculos más voluminosos y pesados así como microarena que permite la formación de flóculos de mayor peso específico con lo que podemos aumentar la velocidad de decantación. El proceso incorpora un sistema de hidrociclones, que permite recuperar la microarena para su continua reutilización en el proceso.

Tras su paso por la cámara de maduración el agua llega a los decantadores lamelares, a la salida de los cuales se obtiene por una parte el agua ya clarificada, y por otra, los fangos que son conducidos hasta un espesador para su tratamiento posterior.

Una vez el agua se ha decantado, pasa a la etapa de filtración, en esta etapa el agua pasa a través de un lecho filtrante, de arena silícea y carbón activo granular, quedando retenidos en él los sólidos en suspensión del agua, obteniendo a la salida de los filtros agua de baja turbidez. Además de esta retención, tendrá lugar también eliminación por adsorción, de sustancias orgánicas y por lo tanto eliminación de olores y sabores.

Finalmente se realiza una desinfección final, mediante la dosificación de cloro al agua filtrada, hasta alcanzar los valores establecidos de cloro libre residual a salida de planta.

Proceso de potabilización del agua